25 de abril de 2025

Constancia: Perseverar en un sueño

Seguimos avanzando en este camino de valores que, desde mi experiencia, son “nuestra mejor arma” para lograr nuestros sueños. Hoy llegamos a un valor que, aunque menos vistoso que otros, es absolutamente imprescindible: la constancia.

La constancia es la capacidad de mantenernos firmes en el camino, incluso cuando los resultados se retrasan, cuando el cansancio aprieta, aparecen imprevistos o cuando la motivación inicial flaquea. Es ese motor silencioso que nos empuja a seguir, día tras día, sin prisa pero sin pausa, hacia lo que anhelamos.

En mi infancia, aprendí el valor de la constancia observando a mi abuelo, quien dedicó su vida a la agricultura y, en menor medida, a la ganadería. Su labor, centrada sobre todo en el cultivo de secano —que requiere cuidado paciente— me enseñó que los frutos más dulces son los que se cosechan después de un largo esfuerzo.

La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.”

Como entrenador, especialmente durante mi etapa dirigiendo un grupo de competición —formado por un reducido número de jóvenes jugadores muy trabajadores e implicados con su propósito— entendí más que nunca que el crecimiento está en repetir, una y otra vez, entrenamientos con consciencia y partidos luchados en todos los sentidos, de principio a fin. Con ellos alcanzamos esas famosas “10.000 horas de práctica deliberada” que, sin duda, nos hicieron mejorar, crecer y avanzar.

El trabajo constante en la sombra brilla bajo los focos.”

Recuerdo con especial cariño la pretemporada de 2009 en la que, con el grupo, pudimos compartir pista durante varias semanas, mañana y tarde, con Rafael Nadal. Consiguieron, con resiliencia, mantener el ritmo y la intensidad día tras día, incluso cuando el desgaste iba haciendo mella. Aprendieron de un campeón que hizo de la constancia una de sus mayores señas de identidad.

La perseverancia que mantuvo David Vega hasta alcanzar, a los 28 años, el puesto número 28 del mundo en la modalidad de dobles, es otro claro ejemplo del valor que estamos tratando. Sin su insistencia, su empeño y su tenacidad, alcanzar esa brillante posición no hubiera sido posible.

El que persevera, alcanza.

La próxima semana abordaremos un valor profundamente ligado a este: la coherencia. Esa alineación entre lo que decimos, pensamos y hacemos, que sostiene nuestros sueños cuando el entorno o las dudas intentan sacudirlos.

Con ganas de leer vuestros comentarios y observaciones, nos vemos en el siguiente peldaño.

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo en lo que comentas, al final si eres capaz de ser constate y no hundirte los resultados llegan!

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  2. Muchas gracias por tu comentario. Totalmente de acuerdo contigo: la constancia, combinada con la actitud de no rendirse en los momentos difíciles, acaba abriendo caminos que a veces ni imaginábamos. ¡Un placer compartir este valor contigo en este pequeño rincón del blog! Seguimos avanzando, paso a paso.

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  3. magda0670@hotmail.com27 de abril de 2025, 1:44

    Comparto tus palabras, ser constante con tus propósitos sirve para recoger dulces frutos, gracias por compartir tus vivencias.

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  4. Muchas gracias Magda por su comentario, así es la constancia es seguir plantando, incluso cuando aún no ves los brotes.

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