2 de mayo de 2025

Coherencia: lo que implica un sueño

Seguimos avanzando en este camino de valores que, desde mi experiencia, son “nuestra mejor arma” para hacer realidad nuestros sueños. Hoy llegamos a un valor que actúa como hilo conductor entre todo lo que pensamos, decimos y hacemos: la coherencia.

La coherencia es ese valor que nos permite alinear nuestras decisiones con lo que realmente sentimos. Es actuar en consonancia con nuestros principios, incluso cuando es más cómodo o tentador hacer lo contrario.

En mi infancia, descubrí la fuerza silenciosa de este valor en el ejemplo diario de mi abuela. Su sensatez, su prudencia y su serenidad la convertían en el pilar de la familia. Nunca necesitó alzar la voz: era su manera de vivir la que transmitía el mensaje más claro. Era prudente en su forma de hablar, de actuar y de acompañar a los demás.

Nunca te arrepentirás de una palabra que no has dicho.”

A lo largo de mi carrera, he entendido que la coherencia no es algo teórico. Es una brújula práctica. Lo vi claramente en el entorno de Rafael Nadal. Desde sus inicios, su familia —y en especial su tío y entrenador, Toni Nadal— aplicaron siempre el sentido común como base de todas las decisiones, priorizando la sencillez por encima de todo.

Aunque Rafa destacó muy joven como profesional, supieron priorizar que viviera su juventud como un chico más, y que creciera, ante todo, como persona. Esa claridad, sin duda, fue uno de los pilares invisibles que favoreció su estabilidad durante toda su carrera.

La coherencia es la brújula que nos guía hacia las decisiones más acertadas.”

También he aprendido que, en momentos de presión e incertidumbre, no siempre es fácil mantener la coherencia. Por eso es tan importante tomarse un tiempo para reconectar con lo que de verdad uno siente, hasta que el camino se vuelve más claro. Cuando acompaño a otros en ese proceso, intento que sea la coherencia la que les ayude a tomar decisiones que les permitan seguir creciendo.

La coherencia sostiene; la incoherencia consume.

La próxima semana hablaremos de otro valor profundamente humano: la unión. Ese vínculo que da fuerza, sentido y compañía en el camino hacia los sueños.

Con muchas ganas de leer vuestros comentarios.

Nos vemos en el siguiente peldaño.

25 de abril de 2025

Constancia: Perseverar en un sueño

Seguimos avanzando en este camino de valores que, desde mi experiencia, son “nuestra mejor arma” para lograr nuestros sueños. Hoy llegamos a un valor que, aunque menos vistoso que otros, es absolutamente imprescindible: la constancia.

La constancia es la capacidad de mantenernos firmes en el camino, incluso cuando los resultados se retrasan, cuando el cansancio aprieta, aparecen imprevistos o cuando la motivación inicial flaquea. Es ese motor silencioso que nos empuja a seguir, día tras día, sin prisa pero sin pausa, hacia lo que anhelamos.

En mi infancia, aprendí el valor de la constancia observando a mi abuelo, quien dedicó su vida a la agricultura y, en menor medida, a la ganadería. Su labor, centrada sobre todo en el cultivo de secano —que requiere cuidado paciente— me enseñó que los frutos más dulces son los que se cosechan después de un largo esfuerzo.

La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.”

Como entrenador, especialmente durante mi etapa dirigiendo un grupo de competición —formado por un reducido número de jóvenes jugadores muy trabajadores e implicados con su propósito— entendí más que nunca que el crecimiento está en repetir, una y otra vez, entrenamientos con consciencia y partidos luchados en todos los sentidos, de principio a fin. Con ellos alcanzamos esas famosas “10.000 horas de práctica deliberada” que, sin duda, nos hicieron mejorar, crecer y avanzar.

El trabajo constante en la sombra brilla bajo los focos.”

Recuerdo con especial cariño la pretemporada de 2009 en la que, con el grupo, pudimos compartir pista durante varias semanas, mañana y tarde, con Rafael Nadal. Consiguieron, con resiliencia, mantener el ritmo y la intensidad día tras día, incluso cuando el desgaste iba haciendo mella. Aprendieron de un campeón que hizo de la constancia una de sus mayores señas de identidad.

La perseverancia que mantuvo David Vega hasta alcanzar, a los 28 años, el puesto número 28 del mundo en la modalidad de dobles, es otro claro ejemplo del valor que estamos tratando. Sin su insistencia, su empeño y su tenacidad, alcanzar esa brillante posición no hubiera sido posible.

El que persevera, alcanza.

La próxima semana abordaremos un valor profundamente ligado a este: la coherencia. Esa alineación entre lo que decimos, pensamos y hacemos, que sostiene nuestros sueños cuando el entorno o las dudas intentan sacudirlos.

Con ganas de leer vuestros comentarios y observaciones, nos vemos en el siguiente peldaño.

19 de abril de 2025

Responsabilidad: Compromiso con un sueño


A lo largo de estas semanas, estamos recorriendo juntos los valores que, desde mi experiencia, “son nuestra mejor arma” para lograr nuestros sueños. Pasión, acción, dedicación, coraje y humildad son los que hemos explorado hasta ahora. Hoy damos un paso más hacia ese propósito, y lo hacemos de la mano de un valor clave: la responsabilidad.

La responsabilidad es ese compromiso que asumimos cuando decidimos ir en serio tras nuestros sueños. Es reconocer que no basta con desearlos o imaginar cómo sería alcanzarlos; hay que estar dispuestos a sostenerlos con firmeza, con hechos conscientes, día tras día.


Aún perdura en mi mente el momento en que, siendo un niño, el entrenador de mi equipo de fútbol me dio por primera vez el brazalete de capitán. Sentí el peso —y a la vez la alegría— de ser responsable de algo más grande que uno mismo. Me hacía bastante ilusión, sí, pero también descubrí que aquello conllevaba asumir con entereza lo encomendado.

En las ilusiones empiezan las responsabilidades

Recuerdo perfectamente lo que me transmitió Rafael Nadal en la conversación telefónica que mantuvimos, cuando, con tan solo 18 años, recibió la noticia de los capitanes del equipo español de Copa Davis de que contaban con él para disputar la gran final en Sevilla contra Estados Unidos, por delante incluso de jugadores consagrados.

Su reacción fue de inmensa alegría, como es natural: llevaba gran parte de su vida, y en especial la última semana de entrenamientos, luchando por ganarse un puesto en una cita tan importante como esa. Pero casi de inmediato —y así me lo transmitió— le surgió también el peso de la responsabilidad. Ya no se trataba solo de un sueño, sino de honrar la confianza depositada en él.


El compromiso con el proceso determinará el progreso

La próxima semana daremos un nuevo paso en este camino de valores con otro de los imprescindibles: la constancia, ese motor silencioso que sostiene el avance incluso cuando el entusiasmo inicial empieza a flaquear.

“¿Qué responsabilidad marcó tu camino?”

Si te ha inspirado, compártelo.

Nos vemos en el siguiente peldaño.

11 de abril de 2025

Humildad: valorar un sueño


En las últimas semanas estamos recorriendo juntos los primeros valores que, bajo mi punto de vista, “son nuestra mejor arma”: pasión, acción, dedicación y coraje. Hoy damos un nuevo paso, más silencioso pero igual de profundo. Hoy nos adentramos en la humildad.

La humildad es la capacidad de valorar lo que somos, sin necesidad de aparentar lo que no somos. Es reconocer nuestras limitaciones, pero también abrirnos al aprendizaje, con respeto y gratitud.

El respeto de los demás no se exige; se gana con ejemplaridad día tras día.”

Mis abuelos maternos fueron mis pilares en mi infancia. Además de estar al frente de todas las labores del campo y la granja, donde vivíamos junto a mis hermanas y mis padres, también se volcaron en nuestra educación. Siempre basada en la sencillez, la honestidad, la empatía y el respeto por encima de todo.

La humildad es esa raíz dulce y baja de la que brotan todas las virtudes.”

A lo largo de mi camino como entrenador, he visto cómo la humildad permite seguir aprendiendo, y cómo la falta de ella bloquea el crecimiento. Normalmente, los que más lejos han llegado han sido los que aceptaron seguir trabajando con los pies en la tierra. Cuando el esfuerzo habla, la humildad escucha… y crece.

Quien a lo largo de su formación y carrera siempre hizo gala de ella, sin duda, fue Rafael Nadal. Su tío y mentor, Toni Nadal, siempre ha destacado la docilidad de su sobrino, lo que le facilitó mucho su trabajo.

La docilidad no es una debilidad, es la puerta a un aprendizaje más rápido y efectivo.”

La próxima semana daremos un paso más con otro valor imprescindible: la responsabilidad, ese compromiso personal que da forma a todo lo que soñamos construir.

Nos vemos en el siguiente paso del camino.

4 de abril de 2025

Coraje: fortaleza frente a un sueño

En los últimos viernes, he ido compartiendo los primeros valores que, para mí, “son nuestra mejor arma”: la pasión, la acción y la dedicación. Valores que construyen el comienzo de cualquier sueño, de cualquier propósito real. Hoy damos un paso más y entramos en un terreno más desafiante, más interno: el coraje.

Porque tarde o temprano, todo camino necesita… coraje.

El coraje es decisión. Es determinación. Es esa voz interna que te dice “hazlo igual”, aunque tiemble todo por dentro. Es el valor que se activa cuando el momento pesa más de lo esperado.

El coraje no es la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él

A veces pensamos que ser valientes es no tener miedo. Pero no es así. El coraje es tenerlo delante y seguir caminando.

En mi adolescencia, viendo cómo Arantxa Sánchez Vicario levantaba Roland Garros en 1989 con solo 17 años, descubrí la esencia del coraje. Nadie apostaba por ella frente a la imbatible Steffiy Graf. Pero Arantxa jugó con una mezcla de fe, valentía e ímpetu. Aquel día entendí que el coraje no depende del tamaño de tus dudas, sino del tamaño de tus convicciones.

Si lo crees, lo creas


Años después, lo confirmé cuando un joven Rafael Nadal, también con 17 años, entró en la pista central de Miami con su característico desparpajo reflejado en su vestimenta —una camiseta roja sin mangas— y derrotó con claridad al todopoderoso Roger Federer, que se encontraba en la cima del tenis mundial, habiendo ganado el Open de Australia y llegando a Miami imbatido ese mismo año.

El coraje es la chispa que enciende la grandeza


Y también lo vi, ya desde el otro lado, como entrenador, en la pista central del torneo ATP de Mallorca. David Vega hizo gala de esa fortaleza interna: en un tenso supertiebreak, envalentonó a su compañero de dobles, Rafael Matos, con una mirada y unas palabras que lo cambiaron todo. No fue magia: fue coraje. Ganaron seis puntos seguidos, dándole la vuelta al partido y llevándose la victoria frente a los actuales campeones de Roland Garros.

La próxima semana hablaremos de otro valor que da sentido y profundidad a todo lo que hacemos: la humildad.

Nos vemos en el siguiente paso del camino.

28 de marzo de 2025

Dedicación: entregar tiempo a un sueño

En los posts anteriores de la secuencia “Los valores son nuestra mejor arma” hablamos de la pasión, ese motor que enciende nuestros sueños, y de la acción, la chispa que nos permite iniciarlos. En este, nos centraremos en la dedicación, que es quien los sostiene en el tiempo.

Si pienso en mi madre, su implicación es lo primero que me viene a la cabeza. Su entrega al cuidado de mis hermanas, de mí, de mi padre, de sus padres y de todo su entorno fue, para mí, un modelo de lo que de verdad significa darse sin medida, sin condiciones y sin pedir nada a cambio. Su ejemplo me ayudó a entender lo que supone dedicarse de verdad a una causa, a una persona o a un sueño.

Esa misma dedicación es la que vi en Rafael Nadal y su tío Toni frente a su propósito deportivo desde que les conocí. Su capacidad de trabajo, siempre con la finalidad de mejorar, era impresionante. Aprovechaban cualquier momento para centrarse en desarrollar algún aspecto que les acercara un poco más a su meta.

Cuando más trabajo, más suerte tengo

También percibí esa dedicación en los integrantes del grupo de jóvenes jugadores de competición que entrené durante años. Sabían lo importante que era, en su etapa, compaginar la competición con los entrenamientos. Gracias a su entrega lograban cerrar la temporada con un gran número de partidos, combinados con intensas sesiones enfocadas a mejorar aspectos concretos de su juego, estuviéramos o no en plena competición.

O como hizo David Vega, quien en su etapa en torneos Futures compaginó con el mismo empeño la modalidad individual con la de dobles, aún sabiendo que eso multiplicaba su dedicación. Pero también era consciente de que, gracias a esa entrega extra, aumentaban sus posibilidades y su crecimiento.

No cuentes los días, haz que los días cuenten

En todos estos casos, la dedicación era una forma de estar y de vivir el camino. Suele ser silenciosa, muchas veces invisible, pero es sin duda un indicador que marca la diferencia. Especialmente cuando se acumulan las dificultades, cuando las cosas no salen como esperábamos… es ella la que sostiene el sueño vigente.

La dedicación no garantiza el éxito, pero sin ella, es imposible

En el próximo post hablaremos del siguiente valor esencial en este camino: el coraje. Porque cuando hay que seguir adelante, incluso en medio del miedo, hace falta valentía.

19 de marzo de 2025

Acción: Iniciar un Sueño

En el último post hablábamos sobre la Pasión, ese fuego interno que nos impulsa a soñar con algo más grande. Pero la pasión, por sí sola, no es suficiente. Sin acción, un sueño nunca empieza a hacerse realidad.

La acción es el puente que conecta la pasión con la realidad. Es lo que separa a los que hacen que las cosas sucedan de los que se quedan esperando el momento perfecto para comenzar.

Muchos se quedan atrapados en esa espera, convencidos de que algún día llegará la oportunidad ideal para actuar. Pero la realidad es que el momento perfecto nunca llega. Por eso, después de la pasión, el siguiente paso inevitable es la acción.

“No puedes aprender a nadar desde la orilla.”

A los 18 años tenía claro que el tenis era mi pasión. Sabía que quería que mi vida girara en torno a ello, pero en ese momento no tenía certezas, solo un deseo. Entonces comprendí que si no hacía algo, ese sueño nunca dejaría de ser solo una ilusión.


Decidí actuar. Me formé como entrenador gracias al Registro Profesional de Tenis y empecé a dar clases. No tenía claro hasta dónde llegaría, pero ese primer paso cambió todo.

No siempre conté con el apoyo y la comprensión de todos. Recuerdo una anécdota que marcó mis comienzos. Cuando decidí dejar las clases de refuerzo de matemáticas, mi profesor, un hombre mayor ya jubilado, no daba crédito a mi decisión. Para él, cambiar sus clases por el tenis era un error. En una ocasión, incluso comentó a mis padres: “El tenis no le va a dar de comer.” Nada más lejos de la realidad. Mientras las matemáticas no despertaban mi interés, el tenis sí lo hacía, y con mucha intensidad.

Más adelante, creé la primera Escuela Municipal de Tenis en mi pueblo. Había dudas, obstáculos y opiniones en contra, pero el proyecto siguió adelante. No porque fuera fácil, sino porque una vez das el primer paso, parece que todo empieza a moverse.

Pasados unos años, afronté el reto de empezar a trabajar en el Programa de Tecnificación de Tenis de mi provincia, donde entrenaban los mejores jóvenes tenistas. Hubo críticas; mi inexperiencia como jugador y entrenador de competición daba pie a ello. Pero, una vez más, la ilusión y la acción jugaron un papel importante.

Lo mismo ocurrió cuando tomé la decisión de dar por cerrada mi etapa en el Programa de Tecnificación y lanzarme al vacío en mi propio proyecto de Tennis Coaching, en busca de nuevos desafíos que me permitieran seguir creciendo y acercándome a mis sueños.

Mirando atrás, pienso en qué habría pasado si no hubiera ido tomando esas decisiones. Si hubiera esperado a tener más experiencia, a contar con más apoyo o a tener la certeza absoluta de que iba a salir bien. Seguramente, habría dejado pasar muchas oportunidades y mi camino habría sido completamente diferente.

Por eso, el mayor aprendizaje que me han dejado estas vivencias es este: la acción no garantiza el éxito inmediato, pero la inacción garantiza que nada cambie.

“Un gran viaje empieza con un primer paso.”

Sin embargo, actuar una vez no es suficiente. No basta con dar un paso y esperar que todo encaje por sí solo. Aquí es donde entra el siguiente valor esencial: la Dedicación. Temática del siguiente post 😉

💬 ¿Recuerdas un momento en el que tomar acción marcó la diferencia en tu vida? Me encantaría leer tu historia.